jueves

Capítulos 30 y 31




Capítulo 30

EL NUEVO COMIENZO

Introducción
1   No hay duda con respecto a cuál es la meta, pero ahora se necesitan métodos específicos para alcanzarla.

I.  Reglas para tomar decisiones
2   Este enfoque comienza con la siguiente declaración:
        Hoy no tomaré ninguna decisión por mi cuenta.
Esto quiere decir que estás eligiendo no ser el juez de lo que se debe hacer.
3   El mayor problema que tienes ahora es que todavía decides primero lo que vas a hacer, y luego decides preguntar qué es lo que debes hacer.
10   Ahora has llegado a un punto crucial porque te has dado cuenta de que saldrías ganando si  lo que decidiste no es como tú pensabas.   Hasta que no llegues a ese punto, creerás que tu felicidad depende de tener razón.   (*)
14   Hemos dicho que puedes comenzar el día felizmente si decides no tomar ninguna decisión por tu cuenta.  Esto de por sí parece ser una decisión.  Sin embargo, tú no puedes tomar decisiones por tu cuenta.  La única cuestión es entonces con quien eliges tomarlas. Eso es todo. No tomas decisiones por tu cuenta, independientemente de lo que decidas.  (*)

IV.  La verdad que yace tras las ilusiones
1   Atacarás lo que no te satisfaga, y así, no te darás cuenta de que fuiste tú mismo quien lo inventó.  Tu batalla es siempre con las ilusiones.
4   Las ilusiones no deben ni apreciarse ni atacarse sino que simplemente se deben considerar como juguetes infantiles, sin ningún significado intrínseco.  Ve significado en una sola de ellas y lo verás en todas.  No veas significado en ninguna y no podrán afectarte en absoluto.
7   ¡Que paradójica es la salvación!  ¿Qué otra cosa podría ser, sino un sueño feliz?  Lo único que te pide es que perdones todas las cosas que nadie jamás hizo, que pases por alto lo que no existe y que no veas lo ilusorio como si fuera real.
8   En realidad no pide nada. Y aún en las ilusiones sólo pide que el perdón sea el substituto del miedo.  Esa es la única regla para tener sueños felices.

V.   El único propósito
1    El mundo real es un estado mental en el que el único propósito del mundo es perdonar.  El miedo ha dejado de ser el objetivo, pues escapar de la culpabilidad se ha convertido ahora en la meta…   Todas las cosas tienen que ser primero perdonadas, y luego comprendidas.   (*)
2   En este mundo se piensa que el entendimiento se consigue mediante el ataque. En el mundo real es evidente que atacando es como se pierde, y se reconoce claramente la insensatez de tener como objetivo la culpabilidad es la única causa de cualquier dolor.

VII.   La justificación del perdón
1   La ira nunca está justificada.  El ataque no tiene fundamento.  Con esto comienza uno a escapar del miedo, y con esto también es como lo logrará.
2   El perdón está siempre justificado…  Si el perdón no estuviese justificado, se te estaría pidiendo que sacrificases tus derechos cuando devuelves perdón por ataque.  Más se te pide simplemente que consideres el perdón como la respuesta natural ante cualquier aflicción basada en un error que, por ende, no es más que una petición de ayuda.  El perdón es la única respuesta cuerda, pues impide que tus derechos sean sacrificados.
3   El mundo real se alcanza cuando percibes que aquello en lo que el perdón se basa es completamente real y está plenamente justificado.  Mientras creas que el perdón es un regalo inmerecido, ello no podrá sino reforzar la culpabilidad que quieres “perdonar”.
4   Si puedes darte cuenta de que tu hermano es digno de perdón, es que has aprendido que tú tienes el mismo derecho a ser perdonado que él.
5   Todo perdón que se considera merecido sana, pues le otorga al milagro la fuerza para pasar por alto las ilusiones.  Así es como aprendes que tú también tienes que haber sido perdonado.  No hay ninguna apariencia que no pueda pasarse por alto.
6   No hay prueba más contundente de que lo que deseas es la idolatría, que la creencia de que hay  algunas clases de enfermedad y de desdicha que el perdón no pueda sanar.  Esto quiere decir que prefieres conservar algunos ídolos y que todavía no estas completamente listo para abandonarlos todos. Y así piensas que algunas apariencias son reales y que no son apariencias en absoluto.
7   Tiene que ser verdad que, o bien el milagro cura toda clase de enfermedad o bien no cura en absoluto…  Si se tuviera que excluir una sola apariencia de la curación, habría una ilusión que formaría parte de la verdad…  La salvación descansa en la fe de que es imposible que haya algunas clases de culpabilidad que tú no puedas perdonar.
8   Curar es hacer íntegro.  Y a lo que es integro no le pueden faltar partes que se hallan dejado afuera.  El perdón cosiste en reconocer esto, y en alegrarnos de que no haya ninguna forma de enfermedad que el milagro no tenga el poder de curar.

VII.   La nueva interpretación
3   El miedo es un juicio que nunca está justificado.  Su presencia no significa nada, excepto que sirve para mostrarte que escribiste un guión tenebroso y que, como resultado de ello, tienes miedo.
5   Liberarte de juzgar radica simplemente en esto: todas las cosas tienen el mismo propósito, el cual tú compartes con todo el mundo. Y no hay nada en el mundo que pueda oponerse a ese propósito, pues es el propósito de todas las cosas y también el tuyo. Tener un mismo propósito pone fin a todas las ideas de sacrificio, las cuales no pueden sino atribuir un propósito para el que gana y otro para el que pierde.  Sin esta idea no podría haber pensamientos de sacrificio.
6   No trates de encontrar significado en sueños de separación,  Solo los sueños de perdón se pueden compartir, pues significan lo mismo para ti que para tu hermano.

VIII.   La realidad inmutable
1   Las apariencias engañan, pero pueden cambiar,  La realidad en cambio es inmutable.
2   El milagro da fe de que te puedes salvar de las apariencias al demostrar que estas pueden cambiar.
3   ¿Que es la tentación, sino el deseo de hacer que las ilusiones sean reales?
6   Pues en todo lo que ves no haces sino contemplarte a ti mismo.  Y conforme él sane, tú te liberarás de la culpabilidad, pues lo que él aparenta ser es la imagen que tú tienes de ti mismo.


Capítulo 31

LA VISIÓN FINAL

I.  La simplicidad de la salvación
1   ¡Que simple es la salvación!  Tan solo afirma que lo que nunca fue verdad no es verdad ahora ni lo será nunca.  Lo imposible no ha ocurrido, ni puede tener efectos.  Eso es todo.
13   No abrigues ningún juicio, ni seas consciente de ningún pensamiento, bueno o malo, que jamás haya cruzado tu mente con respecto a nadie.  Ahora no lo conoces, Pero eres libre de conocerlo, y de conocerlo bajo una nueva luz.

III.  Los que se acusan a sí mismos
1   Nunca odias a tu hermano por sus pecados, sino únicamente por los tuyos.
2   Mediante el ataque afirmas que eres culpable y que tienes que infligirle a otro lo que tú te mereces.
3   Los pecados se perciben en el cuerpo, no en la mente.  No se ven como propósitos, sino como acciones.
4   Más es el cuerpo el que es el prisionero, no la mente. El cuerpo no tiene pensamientos. No tiene la capacidad de aprender, perdonar o esclavizar…  El cuerpo solo mantiene en prisión a la mente que está dispuesta a morar en él. Se enferma siguiendo las órdenes de la mente que quiere ser su prisionera.  Y envejece y muere porque dicha mente está enferma.
6   Alegrémonos de que ves aquello que crees, y de que se te haya concedido poder cambiar tus creencias.  El cuerpo simplemente te seguirá.  Jamás te puede conducir a donde tú no quieres ir. 

IV.  La verdadera alternativa
8   Todas las alternativas que el mundo ofrece se basan en esto: que eliges entre tu hermano y tú; que tú ganas en la misma medida que él pierde; y que lo que tú pierdes es lo que se le da a él. ¡Cuán rotundamente opuesto a la verdad es esto, toda vez que el único propósito de la lección es enseñarte que lo que tu hermano pierde, tú lo pierdes también, y que lo que él gana es lo que se te da a ti!

V.  El concepto del yo frente al verdadero Ser.
1   El propósito de las enseñanzas del mundo es que cada individuo forje un concepto de sí mismo.  Este es su propósito; que vengas sin un yo y que  fabriques uno a medida que creces.  Y cuando hayas alcanzado la “madurez”, lo habrás perfeccionado, para así poderte enfrentar al mundo en igualdad de condiciones y perfectamente adaptado a sus exigencias.
8   Ahora el Espíritu Santo tiene que encontrar un modo de ayudarte a comprender que el concepto de ti mismo que has forjado tiene que ser des-hecho si es que has de gozar de paz interior.
11   Tu concepto del mundo depende del concepto que tienes de ti mismo,  Y ambos desaparecerían si cualquiera de ellos se pusiese en duda.
15   No busques tu  ser en símbolos. No hay concepto que pueda representar lo que eres…  Y no te percatarás de que solo te relacionas contigo mismo.

VIII.  Elige de nuevo
4   Jamás tengas miedo de la tentación, sino reconócela como lo que es: una oportunidad más para elegir de nuevo y dejar que la fortaleza de Cristo impere en toda circunstancia y lugar donde antes habías erigido una imagen de ti mismo.
6   Lo que percibes como enfermedad, dolor, debilidad, sufrimiento y pérdida, no es sino la tentación de percibirte a ti mismo indefenso y en el infierno.  No sucumbas a esta tentación y verás desaparecer toda clase de dolor, no importa donde se presente, en forma similar a como el sol disipa la neblina.





Resumen terminado el 11 de octubre del 2018

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